Dicen muchos doctos en materia de “tiempos de crisis” que la única manera real y efectiva de atajarla es la proactividad. Proactividad no significa sólo tomar la iniciativa. Significa que somos responsables de nuestros actos y que esos actos deben suponer que sucedan cosas. Quizá con esa idea de actividad y responsabilidad es como un colectivo como el que representa el Cuerpo de Abogados del Estado, debe responder firmemente a los tiempos que corren.
En épocas en los que España ha asumido por cuarta vez la Presidencia del Consejo de Ministros de la Unión Europea durante el primer semestre de 2010 con retos especialmente relevantes: como el de que ahora la Unión tiene veintisiete estados miembros, frente a doce o quince de las anteriores presidencias españolas; un nuevo marco institucional con un Parlamento Europeo recién elegido y con poderes muy reforzados y una nueva Comisión; y con un nuevo marco constitucional, con la entrada en vigor del nuevo Tratado de Lisboa, ha supuesto que muchos de nuestros compañeros se hayan trasladado de manera más o menos permanente a diversas instituciones comunitarias con la finalidad principal de que esta Presidencia sea un éxito.
De igual modo, en tiempos en los que el anuncio de recortes salariales, congelación de pensiones, aumento de la carga impositiva, disminución en la inversión de infraestructuras o de congelación de pensiones, van a generar el inevitable debate y conflicto social, el Cuerpo de Abogados del Estado se manifestará en forma de mayor y mejor esfuerzo, mayor y mejor dedicación y nos mostraremos como ejemplo y reflejo indiscutible de la máxima diligencia con la que la inmensa mayoría de los funcionarios realizan diariamente su trabajo con la firme convicción de que el servicio público y la gestión de los intereses generales han sido y serán siempre lo principal.
Sirvan también estas páginas para rendir homenaje a nuestro inolvidable compañero José Luis Llorente. Nadie como él supo que en tiempos nublados sólo el trabajo bien hecho trae consigo cielos despejados. Desde aquí nuestro recuerdo a él y a otros compañeros que ya nos dejaron y que nos enseñaron lo que significa ser Abogado del Estado, haya o no “crisis”.