Nuestra revista

Último número Nº65

EDITORIAL

In Memoriam José Luis Gómez-Dégano y Ceballos-Zúñiga

Son muchos y muy turbulentos los acontecimientos que nos acechan cada día, pero la vorágine de sucesos que nos asalta no debe hacernos olvidar el reciente fallecimiento de José Luis Gómez-Dégano y Ceballos- Zúñiga, a la edad de 94 años. Fue director general de lo Contencioso del Estado desde junio de 1974 hasta octubre de 1986, esto es, a lo largo de doce años. Quizás lo relevante no sea el número de años, sino lo acontecido durante todos esos años y es que José Luis Gómez- Dégano fue director general de lo Contencioso del Estado con tres presidentes del Gobierno distintos (Arias...

Son muchos y muy turbulentos los acontecimientos que nos acechan cada día, pero la vorágine de sucesos que nos asalta no debe hacernos olvidar el reciente fallecimiento de José Luis Gómez-Dégano y Ceballos- Zúñiga, a la edad de 94 años.

Fue director general de lo Contencioso del Estado desde junio de 1974 hasta octubre de 1986, esto es, a lo largo de doce años. Quizás lo relevante no sea el número de años, sino lo acontecido durante todos esos años y es que José Luis Gómez- Dégano fue director general de lo Contencioso del Estado con tres presidentes del Gobierno distintos (Arias Navarro, Adolfo Suárez y Felipe González), con dos jefes de Estado distintos (Francisco Franco y Juan Carlos I) y bajo dos regímenes políticos distintos (una dictadura y una monarquía parlamentaria).

Tras cesar como director general se reincorporó a la Abogacía del Estado de la Audiencia Nacional, y tras su jubilación en el Cuerpo de Abogados del Estado en el año 1995 continuó trabajando, incansable, especializado en la protección de los derechos de los clientes bancarios, desempeñando el cargo de Defensor del Cliente en diversas entidades financieras. Siempre estuvo asociado y participó, hasta que la salud le dejó, en todos los actos de la Asociación: fue un asociado activo, siempre pendiente de los asuntos del Cuerpo.

Sin duda son innumerables las anécdotas que se podrían contar sobre esta figura que merece un lugar destacado en la memoria de todos los Abogados del Estado.

Fue Jose Luis Gómez-Dégano, como director general de lo Contencioso del Estado, quien redactó el informe con el que se iniciaron los trámites de la legalización del Partido Comunista, encargo que recibió directamente del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. La legalización de dicho partido, un ya lejano Sábado Santo del año 1977, se convirtió en uno de los momentos clave en la etapa de la Transición. Y ello fue gracias a un dictamen de la Abogacía del Estado del que nadie tuvo conocimiento en su momento y que casi cae en el olvido si no fuera porque el propio José Luis Gómez- Dégano se lo contó a algún compañero.

Cuatro años después, en el año 1981, José Luis Gómez-Dégano presidió los actos de conmemoración del Centenario de creación del Cuerpo de Abogados del Estado. Diversas anécdotas ocurrieron durante aquella celebración, contadas con acierto por nuestro compañero Antonio Martínez Lafuente en el número 44 de nuestra revista. Destaca la anécdota de que la asistencia a dichos actos conmemorativos del entonces ministro de Justicia inglés le salvaron la vida de forma providencial al librarle de un atentado del IRA perpetrado en su domicilio. La primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, agradeció personalmente a nuestro director general de lo Contencioso que “salvara” la vida de su ministro de Justicia.

De las muchas y muy variadas lecciones que a lo largo de su vida nos dio José Luis Gómez-Dégano como servidor público y excelente jurista quiero destacar una cualidad que es el hilo conductor de las dos anécdotas reseñadas: la lealtad.

José Luis fue leal a España y leal a la función que de forma muy destacada desempeñó como abogado del Estado. Fue un leal servidor al interés general y un leal servidor a los distintos Gobiernos que confiaron en él como director general de lo Contencioso del Estado. Puso al servicio del Estado toda su sapiencia, con honestidad y con lealtad. Qué pensara de tales Gobiernos es algo que nunca trascendió, pues ni era relevante, ni le importaba a nadie. Lo esencial es que fue leal a quienes habían confiado en él.

La conmemoración del Centenario del Cuerpo de Abogados del Estado fue un acto de hermandad, fruto de la unidad que, hasta hace bien poco, ha sido la característica más importante de nuestro colectivo. Dicha unidad nace de la lealtad que nos debemos los unos a los otros. Estar unidos es ser leales con nuestros compañeros pasados, presentes y futuros.

Nos debemos a los compañeros que nos han precedido en el desempeño de las funciones que ahora desarrollamos nosotros. Nuestros compañeros pasados ejercieron exactamente las mismas funciones que ahora desempeñamos nosotros: asesorar en Derecho y representar en juicio al Estado, a la Administración General del Estado, tanto si se trata de un Estado monárquico, republicano, dictatorial o democrático.

Nos debemos a nuestros compañeros presentes respetando el trabajo que realizan día a día, debatiendo con ellos, internamente, todo aquello que pensemos que se pueda mejorar y mostrando unidad frente a las críticas externas y partidistas, porque el trabajo que desempeñamos debe estar por encima de la polarización. Nuestra Asociación nunca ha pretendido hacer política, siendo la defensa de nuestros intereses corporativos comunes el fin esencial de la misma, recogido en el art.4 de nuestros estatutos

Finalmente, nos debemos a nuestros compañeros futuros procurando dejarles un Cuerpo cohesionado, unido, no dividido, como en su momento hicieron José Luis Gómez- Dégano y todos los compañeros que nos han precedido como Abogados del Estado y que contribuyeron a conservar el legado que hemos recibido.

Descarga la revista completa